Hoy he sentido la llamada,
no una en general
pero la tuya,
justo cuándo no pensaba ya
que podía pasar.
La he sentido con tus ojos rojos
y ese abrazo medio roto
en mi habitación.
La he sentido cómo un día la sentí,
y ha sido maravilloso.
Será que son las seis de la mañana
y todo se magnifica,
pero por un momento
pensaba en nosotros
en la cocina,
como ahora,
pero tú un poco más encima,
de mí.
Pero a pesar de tu mirada,
te fuiste por la oscuridad
como no podía ser de otra forma.
Porque ella te espera en la otra punta,
seguramente enfadada
por jugar conmigo al llegar,
como si no pasase nada,
como cuando ella no estaba.
xxx

No hay comentarios:

Publicar un comentario