Más alla del sentido artístico,
de darle forma a mis letras
hay noches en que busco aquí
soluciones
a todos mis problemas.
Y el mas grande de todos,
ese vive en la cabeza,
que no me deja encontrarme
ni liberarme del todo,
y aquí estoy presa
de una metáfora eterna
de mis ganas de complicarme
y tropezar con la misma piedra.

Desde luego hace tiempo que tengo claro
que no enfoco al objetivo correcto,
que voy buscando nombres,
por no decir hombres, vaya,
que me dan más dolores
que noches placenteras,
y esperas,
de jugadas con llamadas,
y mensajes que no llegan,
ni llegarán,
pequeña.

Qué manía de buscar al imposible,
al que no se queda
porque el que quiere quedarse
por alguna razón no me llena.
Buscaré excusas en su estatura,
en que no le gusta la música,
que ve peliculas dobladas
o su carencia de aventura.
A mi me gusta complicarme
y quedarme sin nada,
al fin y al cabo
ahora ya tengo terraza,
cigarros,
una planta, luz naranja.


Al final lo conseguí,
me he metido en tu cama dos noches seguidas,
dos noches en tu habitación
sin entradas ni salidas,
pero solo con la condición
tan dura
de hacer todo ello sin ti.
No te puedo engañar,
esto pierde todo su encanto
si tú mismo no estás
en tu cuarto;
por ello me decanto,
muy feliz supongo,
a dar esto por terminado,
y que por fin ya nada sea tuyo
y tu nombre no esté en mi paso
a la cocina o al cuarto de baño.
Con esto termino hoy con tus fantasmas,
y mis sueños por colarme
dentro de tus sábanas,
porque ahora ya no hay tus nada
y esta ya no es nuestra casa,
y aunque me rompe en cachitos
el alma,
esta es ahora mi cama,
y aquí ya no hay culpa
ni ilusiones tiradas.
xxx


Hace como no se cuánto
que sentí mi alma triste,
no estaba sola,
pero más solitaria
aunque insiste,
en no querer de verdad.
Ella vive aquí esperando
coger el siguiente vuelo,
y poder ir al refugio
dónde no hay pena,
ni llanto.
Cómo Ulises, supongo,
que se perdía lo bonito
que era el camino,
por pensar en terminarlo.
Y mi alma,
que no halla compañía
que le haga valorar
el día a día,
resultó no sentirte agusto,
(tampoco)
pensando en su hogar.
Y allá se perdió mi alma,
un lunes de octubre
diciendo dónde voy ahora,
a recuperar la calma,
si aquí no sé como hacerlo
y allí ya no lo recuerdo.
Ahora ni el camino
ni el destino.
xxx


Hoy he sentido la llamada,
no una en general
pero la tuya,
justo cuándo no pensaba ya
que podía pasar.
La he sentido con tus ojos rojos
y ese abrazo medio roto
en mi habitación.
La he sentido cómo un día la sentí,
y ha sido maravilloso.
Será que son las seis de la mañana
y todo se magnifica,
pero por un momento
pensaba en nosotros
en la cocina,
como ahora,
pero tú un poco más encima,
de mí.
Pero a pesar de tu mirada,
te fuiste por la oscuridad
como no podía ser de otra forma.
Porque ella te espera en la otra punta,
seguramente enfadada
por jugar conmigo al llegar,
como si no pasase nada,
como cuando ella no estaba.
xxx
Esto va para ti,
aunque sea ilegal
para mi cerebro pensarte.
Hoy rompo mi norma
y al menos,
aunque no me dejo escribirte
te escribo aquí,
que tiene menos consecuencias.
Son solo unas líneas por todas las noches
que no he cogido el teléfono
por no mezclar las cosas,
por no romper las pelotas
y no hacerte un lío,
una vez más.

Ahí deben andar con todas las noches
que has llamado tú
y he pensado,
qué pesado,
cerremos ya esta historia,
y las que te dije que no podía
quedar para comer,
para un café
ni birra tampoco,
cuando lo cierto es que no quería
o no me salía.
Perdóname por unas
y también por las otras,
en el caso de que sí querías que te liase
la cabeza un poco más.

No quiero volver a tí
solo cuando lo demás no sirva,
no te mereces ser la apuesta segura,
después de cualquier aventura
que no termina bien
o ni si quiera empieza nunca.
Pero todavía no entiendo
porqué a pesar de no coger tus llamadas
no quiero imaginarte
deseando que te llame otra
que no sea yo.