Hoy he sentido la llamada,
no una en general
pero la tuya,
justo cuándo no pensaba ya
que podía pasar.
La he sentido con tus ojos rojos
y ese abrazo medio roto
en mi habitación.
La he sentido cómo un día la sentí,
y ha sido maravilloso.
Será que son las seis de la mañana
y todo se magnifica,
pero por un momento
pensaba en nosotros
en la cocina,
como ahora,
pero tú un poco más encima,
de mí.
Pero a pesar de tu mirada,
te fuiste por la oscuridad
como no podía ser de otra forma.
Porque ella te espera en la otra punta,
seguramente enfadada
por jugar conmigo al llegar,
como si no pasase nada,
como cuando ella no estaba.
xxx
Esto va para ti,
aunque sea ilegal
para mi cerebro pensarte.
Hoy rompo mi norma
y al menos,
aunque no me dejo escribirte
te escribo aquí,
que tiene menos consecuencias.
Son solo unas líneas por todas las noches
que no he cogido el teléfono
por no mezclar las cosas,
por no romper las pelotas
y no hacerte un lío,
una vez más.
Ahí deben andar con todas las noches
que has llamado tú
y he pensado,
qué pesado,
cerremos ya esta historia,
y las que te dije que no podía
quedar para comer,
para un café
ni birra tampoco,
cuando lo cierto es que no quería
o no me salía.
Perdóname por unas
y también por las otras,
en el caso de que sí querías que te liase
la cabeza un poco más.
No quiero volver a tí
solo cuando lo demás no sirva,
no te mereces ser la apuesta segura,
después de cualquier aventura
que no termina bien
o ni si quiera empieza nunca.
Pero todavía no entiendo
porqué a pesar de no coger tus llamadas
no quiero imaginarte
deseando que te llame otra
que no sea yo.
aunque sea ilegal
para mi cerebro pensarte.
Hoy rompo mi norma
y al menos,
aunque no me dejo escribirte
te escribo aquí,
que tiene menos consecuencias.
Son solo unas líneas por todas las noches
que no he cogido el teléfono
por no mezclar las cosas,
por no romper las pelotas
y no hacerte un lío,
una vez más.
Ahí deben andar con todas las noches
que has llamado tú
y he pensado,
qué pesado,
cerremos ya esta historia,
y las que te dije que no podía
quedar para comer,
para un café
ni birra tampoco,
cuando lo cierto es que no quería
o no me salía.
Perdóname por unas
y también por las otras,
en el caso de que sí querías que te liase
la cabeza un poco más.
No quiero volver a tí
solo cuando lo demás no sirva,
no te mereces ser la apuesta segura,
después de cualquier aventura
que no termina bien
o ni si quiera empieza nunca.
Pero todavía no entiendo
porqué a pesar de no coger tus llamadas
no quiero imaginarte
deseando que te llame otra
que no sea yo.
No es la primera,
ni la segunda noche
que no tengo un mensaje tuyo
sonando en mi móvil.
Recuerdo hace no tanto
recibir tus noticias;
no siempre,
pero muchos ratos,
aunque yo nunca las pedía,
pero no negaré ahora
que me encantaba recibirlas.
No se cómo empezó,
pero llenaste con tus fotos
mis noches de verano,
y mi móvil estaba repleto de risas escritas a mano.
Me desnudé por teléfono
tantas veces por semana
que era incluso como si estuvieras al lado,
y te juro,
te juro,
que nunca confundí las cosas,
que yo solo sonreía
y me ponía muy tonta,
pero jamás, jamás imaginé cogerte la mano.
Llegué a pensar incluso,
que quizá te gustaba un poco,
no sé,
que pensarnos cada día
era algo extraño,
no que fuese tu única,
obvio,
pero que al verme querrías besarme,
como un loco en los labios.
Nos vimos
después de tanto tiempo lejanos,
en el sofá de tu casa
dónde aquel primer sábado,
y me derretí en tus manos
incluso antes de tocarnos,
porque no se que coño haces
que me arde la piel solo con pensarlo,
y eso es algo que no me había pasado,
pero en serio,
insisto,
nunca nunca quise después quedarnos abrazados
ni que me dijeses: "quédate a mi lado",
porque los dos sabemos que no lo haría,
porque simplemente no somos lo que buscamos.
Y aún sin querer eso,
quería un poco más que irme corriendo temprano,
y encontramos un ritmo curioso
para vernos todo el rato,
pero solo un rato.
Sobre todo sin engancharnos,
sin enamorarnos.
Y nunca caí en el amor,
sin duda,
pero me obsesionó el rozarnos,
porque es lo más caliente
que he hecho en años.
No tenía nada de malo,
no querría cenar contigo,
pero no imaginaba en mi culo
otras manos.
Pero volví a volar lejos
y no se qué faltó esta vez,
ni lo sabré supongo,
pero ya no había mensajes
ni ganas de verme las tetas
en fotos salvajes.
xxx
ni la segunda noche
que no tengo un mensaje tuyo
sonando en mi móvil.
Recuerdo hace no tanto
recibir tus noticias;
no siempre,
pero muchos ratos,
aunque yo nunca las pedía,
pero no negaré ahora
que me encantaba recibirlas.
No se cómo empezó,
pero llenaste con tus fotos
mis noches de verano,
y mi móvil estaba repleto de risas escritas a mano.
Me desnudé por teléfono
tantas veces por semana
que era incluso como si estuvieras al lado,
y te juro,
te juro,
que nunca confundí las cosas,
que yo solo sonreía
y me ponía muy tonta,
pero jamás, jamás imaginé cogerte la mano.
Llegué a pensar incluso,
que quizá te gustaba un poco,
no sé,
que pensarnos cada día
era algo extraño,
no que fuese tu única,
obvio,
pero que al verme querrías besarme,
como un loco en los labios.
Nos vimos
después de tanto tiempo lejanos,
en el sofá de tu casa
dónde aquel primer sábado,
y me derretí en tus manos
incluso antes de tocarnos,
porque no se que coño haces
que me arde la piel solo con pensarlo,
y eso es algo que no me había pasado,
pero en serio,
insisto,
nunca nunca quise después quedarnos abrazados
ni que me dijeses: "quédate a mi lado",
porque los dos sabemos que no lo haría,
porque simplemente no somos lo que buscamos.
Y aún sin querer eso,
quería un poco más que irme corriendo temprano,
y encontramos un ritmo curioso
para vernos todo el rato,
pero solo un rato.
Sobre todo sin engancharnos,
sin enamorarnos.
Y nunca caí en el amor,
sin duda,
pero me obsesionó el rozarnos,
porque es lo más caliente
que he hecho en años.
No tenía nada de malo,
no querría cenar contigo,
pero no imaginaba en mi culo
otras manos.
Pero volví a volar lejos
y no se qué faltó esta vez,
ni lo sabré supongo,
pero ya no había mensajes
ni ganas de verme las tetas
en fotos salvajes.
xxx
Limones
y naranjas,
y todo lo que nunca hay en mi balda,
no por falta de ganas,
pero ya nunca compro cosas tan sanas.
ahora me gasto el dinero en ropa barata,
a veces de mercadillos cutres
pero de gente moderna,
que bebe cerveza,
que habla tirada.
Limones,
de los que cantan canciones,
no se cuántas pero al menos tienen una,
no es que sea gran fan,
la verdad,
pero es de esas que llenan la garganta
cuando sabes que te vas lejos,
más de lo que contabas.
Limones,
pensando en cuándo te vayas,
y en lo que vas a dejar en casa,
en todas las mierdas que hay guardadas
en el altillo,
en los armaritos de la cocina,
y las pegatinas varias de aquel bar de Gracia.
xxx
y naranjas,
y todo lo que nunca hay en mi balda,
no por falta de ganas,
pero ya nunca compro cosas tan sanas.
ahora me gasto el dinero en ropa barata,
a veces de mercadillos cutres
pero de gente moderna,
que bebe cerveza,
que habla tirada.
Limones,
de los que cantan canciones,
no se cuántas pero al menos tienen una,
no es que sea gran fan,
la verdad,
pero es de esas que llenan la garganta
cuando sabes que te vas lejos,
más de lo que contabas.
Limones,
pensando en cuándo te vayas,
y en lo que vas a dejar en casa,
en todas las mierdas que hay guardadas
en el altillo,
en los armaritos de la cocina,
y las pegatinas varias de aquel bar de Gracia.
xxx
Como cada noche
cruzas el pasillo oscuro,
siempre en dirección contraria
a dónde queda mi cama.
Con todas las veces que me he hecho el amor contigo
sin que tú estés,
esperando que un día abras mi puerta,
y me beses con todo el alma.
Todavía no llega el día
en que me acueste sin pensar un rato,
en a que huelen tus sábanas,
en todo lo que te haría.
porque va pasando el tiempo,
pero nunca las ganas
de que ella no esté contigo
mañana por la mañana.
Pero se acerca otro invierno,
que no trae caricias,
ni buenas noticias
en las que salimos tú y yo,
así que me prometo un nuevo intento,
otro pero distinto,
que le corte ya las alas
a este cerebro maldito,
que aparezca alguien bueno
debajo de mi manta.
xxx
cruzas el pasillo oscuro,
siempre en dirección contraria
a dónde queda mi cama.
Con todas las veces que me he hecho el amor contigo
sin que tú estés,
esperando que un día abras mi puerta,
y me beses con todo el alma.
Todavía no llega el día
en que me acueste sin pensar un rato,
en a que huelen tus sábanas,
en todo lo que te haría.
porque va pasando el tiempo,
pero nunca las ganas
de que ella no esté contigo
mañana por la mañana.
Pero se acerca otro invierno,
que no trae caricias,
ni buenas noticias
en las que salimos tú y yo,
así que me prometo un nuevo intento,
otro pero distinto,
que le corte ya las alas
a este cerebro maldito,
que aparezca alguien bueno
debajo de mi manta.
xxx
Sentada,
en una silla blanca,sola y,
sobretodo,
deseando estar con alguien
a pesar de no querer tener
ni un peso más a la espalda,
ni el riesgo a que un día haya
una espinita en el alma.
Pensaba en todo el tiempo invertido
en personas que valieron mucho,
o no tanto la pena,
y en que no es que se hayan ido,
es que nunca entraron,
es que no han podido
o es que no les he dejado.
xxx
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